Contacto: Renault Clio 1.2 TCE (parte 1)

Clio

Desde que Renault sustiuyó, allá por 1990, al Super 5, el Clio se ha convertido en la gran referencia en su sector, el de los utilitarios; no en vano, es el único modelo que tiene el mérito de haber sido elegido dos veces Coche del Año en Europa (1991 y 2006).

No deja de ser curioso que es uno de los segmento donde los nombres tienen más longevidad, como el Fiesta, Polo, Ibiza o Corsa. Pero de todos ellos solo ha permanecido su nomenclatura, poco tiene que ver este Clio con aquel de primeros de los noventa con motor Energy y continuados problemas de refrigeración. Nosotros tuvimos en esta ocasión la posibilidad de conducirlo con el nuevo motor 1.2 TCE de gasolina, sobrealimentado y 100cv.

Exterior e interior

Como decía antes, poco tiene que ver con aquel de hace 20 años. El Clio ha crecido, y mucho. Sus medidas son más similares a un compacto noventero que a un utilitario (algo más de 4 metros de largo, 1,70 de ancho y casi 1,50 metros de alto). Su frontal es prominente, aunque su vano motor no sea muy grande, pero eso aumenta la zona de absorción de impacto (imagen).

La versión probada montaba las llantas de aleación de serie con de 16 pulgadas con medida 195/50 (imagen), lo cual no está nada mal para un coche de su tamaño. Los grupos ópticos son grandes y agresivos, como mandan los cánones, y su iluminación es correcta. También tiene algunos discretos detalles en símil de aluminio en la calandra, antes de los intermitentes laterales y en los tiradores de las puertas; así como las estriberas en las puertas (imagen). Es un diseño atractivo sin llegar a ser espectacular.

Respecto al interior, la consola sigue la línea sobria de Renault. A simple vista en la consola solo encontramos el climatizador, la radio (imagen) y la pantalla multifunción en la parte superior (imagen). Si seguimos buscando, veremos que está lleno de detalles; justo al lado del freno de mano están los controles de activación del regulador y limitador de velocidad (imagen), a la derecha del volante los mandos de la radio y a la izquierda el botón para desconectar el ESP (esta unidad lo montaba como opción por 362€, pero imprescindible para poder acogerse al plan 2000E). Muy escondido, en parte inferior de la consola y abriendo una tapa, está el conector USB.

Los materiales usados tienen buen tacto, los plásticos estaban bien acabados y daban sensación de robustez. Las puertas tenían un revestimiento bastante bueno (imagen) y el equipo de audio, si bien no tenía demasiada potencia, emitía un sonido muy limpio; tenía función MP3, conexión auxiliar y USB y llevaba sistema manos libres bluetooth de serie.

Los asientos delanteros son de una amplitud bastante buena, con espacio suficiente para casi cualquier persona, y los traseros correcto, si bien no es de los modelos con mejores cotas de la categoría, y su altura trasera es suficiente aunque no sobrante. El acceso a las plazas traseras es algo justo, lo cual es habitual en los utilitarios de cinco puertas por el reducido tamaño de las traseras. La boca del maletero (imagen) es buena, aunque un pelín estrecha; y su capacidad de 288 litros, y 1038 con los asientos abatidos (imagen), se encuentra en la media de la categoría, es algo superior al 207 y Corsa e inferior al Fiesta y al Ibiza.

Puesto de conducción

Lo primero que llama la atención al sentarse son los asientos de tapicería mixta de tela y cuero que lleva de serie el nivel de equipamiento Exception, con un agarre lateral correcto y un tacto muy agradable, lo mismo que el aro del volante también forrado en cuero. El bloque que forma el volante con los relojes da sensación de ser muy grandes, lo cual, en un principio, se hace extraño. Los múltiples reglajes hacen que conseguir una posición adecuada sea fácil. La visibilidad frontal es amplia por el tamaño de la luneta y los espejos exteriores son de unas dimensiones bastante grandes, mientras que el espejo interior quizá se quede algo estrecho.

La información al conductor es la justa, tenemos los típicos relojes del cuentarrevoluciones, cuentakilómetros, depósito y temperatura; aparte de la pantalla para el kilometraje y ordenador de a bordo y otra para el check control. Todos los controles están bastante a mano, pero, como mencionamos antes, el regulador y limitador de velocidad está en una zona algo incómoda para activarlo mientras que conducimos; eso sí, una vez activado lo podremos manejar sus controles desde los botones del volante y ver la velocidad marcada en la pantalla del ordenador de a bordo. Como el contacto es por llave, no hace falta pisar el embrague como en los modelos con tarjeta, así que ya podemos emprender el viaje.

Contacto: Renault Clio 1.2 TCE (parte 2)

Pruebas

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