Continuamos con este especial de conducción invernal. Llega el momento de ponerse en marcha y es cuando de verdad nos podemos encontrar situaciones peligrosas. Por muchos consejos que pongamos aquí nunca serán suficientes para evitar cualquier incidente, pero debemos tenerlos en cuenta para minimizar el riesgo.
Frenadas. Debemos reducir la velocidad en condiciones de hielo o nieve y evitar frenazos bruscos, pueden ser muy peligrosos. El pedal del freno debe pisarse con mucha suavidad. En caso de que nuestro vehículo esté equipado con frenos ABS, pise el pedal a fondo. Si perdemos el control del vehículo, hay que intentar controlarlo con el volante, levantando el pie del acelerador y sin recurrir al freno.
Derrapes. Si el coche derrapa, giraremos el volante hacia el lado al que ha girado la parte trasera de su coche y enderezaremos. Nunca frenar.
Sobre hielo: Reducir la velocidad en puentes, zonas umbrías y proximidades de arroyos, donde es más fácil que encuentre hielo. En caso de pérdida de tracción, no frenar. Levantamos suavemente el pie del acelerador e intentamos controlar el vehículo usando el volante.
Circulación en nieve: Si hay rodadas hechas por otros vehículos, circulemos por ellas. Nunca debemos hacerlo si la capa de nieve es muy alta y corremos el riesgo de dañar los bajos del automóvil. Si no existen rodadas, llevamos neumáticos adecuados y la nevada es escasa, es mejor circular por la nieve virgen, ya que dada su textura terrosa tiene mayor agarre.
Atasco del vehículo: Intentar balancear el coche hacia delante y hacia atrás utilizando la segunda marcha y la marcha atrás sucesivas veces.
Detención del vehículo con nieve: si estamos retenidos por culpa de la nieve, debemos hacer lo siguiente:
- Contactar a los servicios de emergencia a través del móvil, indicando la posición de su vehículo. Esto es muy importante si por la carretera por donde circula no hay mucho tráfico.
- Arrancar y mantener el motor encendido con la calefacción del vehículo periódicamente para mantener la temperatura en el interior del coche. Controlar periódicamente, saliendo del coche, si el tubo de escape ha sido obstruido por la nieve. De estar obstruido correría el riesgo de envenenamiento cada vez que encienda el vehículo y esté dentro del coche con puertas cerradas y ventanillas subidas.
- Intentar obtener información a través del teléfono móvil y la radio. Administrar y planificar las existencias de combustible, bebida y comida.
- Dejar la capa de nieve en el coche. No quitar la nieve que caiga encima de su vehículo hasta que no nos dispongamos a partir nuevamente. Como mencionamos en el artículo anterior, esa nieve actúa de aislante de bajadas extremas de temperatura en el exterior de su vehículo.
- Al arrancar el vehículo, debemos hacer la salida con la segunda marcha para evitar pérdidas de tracción.
Trucos en caso de helada o nieve:
- Repostar con frecuencia. Con el depósito lleno el coche ganará en estabilidad y adherencia. Y en caso de quedarse inmovilizado, disponemos de calefacción durante más tiempo.
- Pasar una patata cortada por el parabrisas (interior y exterior). Por fuera, repelerá el agua; y, por dentro, evitará que el cristal se empañe.
- Un poco de anticongelante o lavavajillas en el agua del limpiaparabrisas mejorará bastante la limpieza del cristal y, con ello, la visibilidad.
- No utilizar agua caliente contra un parabrisas helado, podría romper el cristal. Mejor usamos anticongelante o alcohol.
- Si no podemos abrir la puerta, una jeringuilla y alcohol mezclado con lavavajillas pueden descongelar rápidamente una cerradura helada.
- Un paño con alcohol también servirá para evitar que los limpiaparabrisas arrastren por el cristal la grasa que salpican otros coches.
- Los limpiaparabrisas se vuelven flexibles con un algodón empapado en bebida de cola.
- Para que el hielo no deje pegados los limpiaparabrisas al cristal, al aparcar, podemos darles la vuelta y apoyar la parte metálica.
Consejos para la conducción sobre hielo y nieve: antes de salir a la carretera