Hace unas semanas, Abarth propuso un concurso para ir a probar sus dos últimos modelos (500C y Punto Evo) en circuitos de todas España. Doble Embrague tuvo la suerte de salir entre los elegidos. Estábamos citados el 15 de octubre en el Karting de Soto de Dueñas (Asturias).
El circuito
El circuito de Soto de Dueñas (situado en Parres, Principado de Asturias), propiedad de Javi Villa, es un trazado de 715 metros para la práctica expresa del karting. Es realmente ratonero, contando con seis curvas de derechas y cinco de izquierdas, tratándose prácticamente todas de horquillas. Aunque el tamaño de los coches probados no es el ideal para esta pista, sí da oportunidad de diversión.
Los pilotos
Los instructores del evento provenían de la escuela de conducción madrileña Sportdrive. Aparte de tratarse de conductores con gran experiencia en competición, destacaba la presencia del piloto probador de Fórmula 1 (y campeón de la Fórmula 2 y Fórmula 3 española) Andy Soucek. Lejos de una imagen de divo, se mostró muy implicado y asequible a los participantes (e incluso dio alguna lección a personajes especiales que se creen el mismísimo Ari Vatanen).
Cuando ellos tomaron los mandos, como hicieron al principio y al final de la sesión, pudieron demostrar como negociar las curvas sin sufrir subviraje mientras se mantiene el coche en la trazada con maestría, como se puede ver en el siguiente vídeo:
Abarth Punto Evo
Tras un briefing en el que nos explicaron algunos secretos del circuito, éste fue el primer coche que probamos. Nada más sentarnos, ya sabemos que ese coche no es la versión normal del Punto Evo. La unidad que llevaron al circuito tenía unos asientos deportivos que, sin llegar a ser bacquets, proporcionaban un excelente agarre lateral y llevan el reposacabezas incorporado. El tacto del volante es muy bueno. La dirección es bastante blanda (y eso que estaba activado el programa sport que, entre otras cosas, endurece la dirección) pero muy precisa. La suspensión mantiene el coche estable en todo momento.
El recorrido de las marchas es un poco largo para tratarse de una versión deportiva, pero tiene unos recorridos muy marcados y las marchas entran con facilidad. Tras esto, metemos primera, aceleramos, cambiamos a segunda (velocidad que no modificaremos en todo el circuito por ser la pista como es) y empiezan las emociones.
Lo que más llama la atención es la patada del turbo. A bajas vueltas se nota que empuja, pero cuando sobrepasamos las 3.000 rpm. nos pega literalmente al asiento. Los frenos se comportaron a la perfección ya que se dieron varias vueltas seguidas con fuertes frenadas (en algún momento incluso se activaron los cuatro intermitentes de forma automática debido a la intensidad de la deceleración) y este circuito sólo tiene dos rectas muy cortas para favorecer su ventilación.
Es un coche fácil de llevar al límite. Incluso con 4 pasajeros en el coche, no hay inercias y se puede llevar exactamente por donde queremos. Los asientos traseros también cumplen una función importante en este tipo de coches: cuando se hace una conducción deportiva, los pasajeros traseros van bien sujetos. Hay suficiente espacio para las piernas y no da ninguna sensación de agobio incluso teniendo esas pequeñas ventanillas traseras.
Abarth 500C
El 500C, versión descapotable del pequeño utilitario de Fiat, es un coche muy peculiar. Cuando te sientas sabes que está hecho para correr, no sólo por los asientos tipo semibacquet, sino por los detalles del entorno como son la cantidad de piezas cromadas que lleva, el volante achatado, los pedales deportivos y la consola central; donde en lugar de llevar una palanca al uso tiene unos botones para controlar el programa del cambio.
Y es que sobre el cambio del 500C se podría hablar mucho. Incorpora de serie levas solidarias en el volante (las cuales giran a su vez). Es una caja de cambios automática secuencial de embrague monodisco y sin convetidor de par. No decimos que sea lento, pues fuimos en versión automática pura, pero tiene unas reacciones explosivas. Es muy brusco a la hora de subir marcha y también se nota bastante al bajarla; desde fuera se siente petardear en aceleraciones y deceleraciones como si de un coche de competición se tratase.
A la hora de explotar sus virtudes deportivas, siempre con el programa Sport conectado como en el caso del Punto Evo, se muestra en su salsa. Su corta batalla hace que sea muy fácil meterlo en las curvas, lo que ayudado por una dirección muy directa, permite explotar al máximo las horquillas. Los frenos (con discos de 284 mm adelante y 240 mm detrás) son muy eficaces y no dieron muestras de estrés tras tantas vueltas sin descanso. En cuanto al acelerador, tiene un recorrido muy corto y hay que llevarlo medianamente alto de vueltas para que salte el turbo y exprima sus 140 cv. Es muy fácil buscarle las cosquillas, es altamente subvirador por su capacidad de ir al límite, aunque si lo sabes meter en las curvas se muestra muy dócil.
En cuanto a las plazas traseras, este coche muestra que está claramente diseñado para ir sentado delante. El espacio para las piernas es mínimo, los reposacabezas traseros son testimoniales y no tiene posibilidad de agarre para sus ocupantes. En virajes rápidos se siente como los cinturones trabajan al máximo para mantenerte en el asiento y no se percibe la misma impresión de robusted del Punto Evo.
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